Parte de una entrevista con Brenda Cabrera-Basurto, miembro de Valley Forward.
¿Qué trajo a tu familia al Valle de San Joaquín?
Al principio mis papás se dedicaron a la agricultura. Trabajaban en el campo recolectando mandarinas, duraznos, uvas, pasas, y otras cosas. Trabajaron en el campo cuando yo tenía alrededor de ocho años. Después de unos años se metieron a trabajar en una compañía de madera que vendía leña. Ahí empezaron a tener la idea de empezar su propio negocio.
Durante los años que estuvieron trabajando en la maderería yo empecé a ayudarles. En ese tiempo yo tenía entre 10 y 11 años. Empecé poco a poco, mi mamá me dejaba hacer cosas pequeñas y mientras fui creciendo les empecé a ayudar en más cosas. Creo que trabajar ahí fue una gran experiencia para todos ya que mis papás aprendieron a como manejar un negocio.
No recuerdo la fecha exacta en la que abrieron mis papás su negocio, pero fue alrededor del 2016 o 2017. Les ha ido bastante bien. Desde que abrieron la maderería, mi papá siempre está cortando leña. Mi mamá siempre ha apoyado a mi papá.
¿Tu familia aún sigue la cultura y las tradiciones de México?
No creo que estemos olvidando nuestra cultura, solamente no la celebramos como si estuviéramos en México. Por ejemplo, el día de la Independencia de México. Mis papás platican sobre las fiestas patrias, pero la verdad sabemos poco. Seguimos celebrando navidad, el día de los Reyes y otras tradiciones mexicanas. Pero la verdad es que no celebramos como si estuviéramos en México. Creo que empezamos a mezclar las tradiciones de México y de Estados Unidos. Ya no es 100% mexicano.
Como parte de una organización que lucha por la equidad y justicia de comunidades marginadas en el Valle de San Joaquín. ¿Cuál crees que el mayor reto que se debe enfrentar para poder ver un cambio en la comunidad?
Nos enfocamos en comunidades de bajos recursos, y trabajamos con mucha gente latina. Notamos mucha falta de información. Estas comunidades no reciben información suficiente o les proporcionan información incorrecta. Los recursos existen, pero muchas veces, comunidades vulnerables no tienen acceso a ellos.
Hemos tratado de entender cuál es la razón, si es porque no tienen la tecnología o los medios de comunicación para estar informados. Existen los medios, pero la realidad es que la gente no tiene el tiempo.
Me parece que el mayor reto que comunidades enfrentan es la falta de información. Una vez que llega la información, se sienten agradecidos. Ahora, con ITC hemos compartido información sobre créditos para impuestos. Pero nos hemos dado cuenta de que más del 90% de la gente no sabe sobre el tema. La gente no tiene acceso a la información.
¿Consideras que el estatus migratorio de los miembros de la comunidad influye en qué tanto participan o en qué tanta información les llega?
Existe un miedo muy grande que la información personal de la gente será compartida a oficiales de migración o alguna entidad federal. Hemos intentado romper la barrera y hacerles entender que estamos aquí para ayudar y no vamos a compartir nada. Solamente queremos darles los recursos necesarios.